Day 36_The Shades

[Gentes del mundo, el coronavirus nos ha encerrado. Pero no sólo no podrá con nosotros, sino que vamos a aprovechar el encierro al máximo. Aquí va mi idea del día.]

Si la visión del arabesque perfecto de una bailarina rusa puede ser letal para un humano, imagínense 32 seguidos. Impertérritas, impecables, idénticas e inalterables bailarinas que se nos acercan desde lo alto de la rampa del escenario.
El célebre patrón escénico de Petipa -que su discípulo Ivanov reutilizó en el acto II de El lago de los cisnes– aparece aquí en su máximo esplendor. Un zig-zag esplendoroso que inicia el acto IV de La Bayadère y nos hace preguntarnos qué más se puede hacer con un cuerpo de baile perfecto.
En el video, el cuerpo de baile del ballet Mariinsky de San Petersburgo.

[People of the world, the Coronavirus has locked us up. But not only will it not be able to take us, but we will make the most of the lockdown. Here’s my idea for the day.]

If the vision of a perfect Russian ballerina’s arabesque can be lethal to a human, imagine 32 in a row. Undaunted, impeccable, identical and unalterable dancers approaching us from the top of the stage ramp. 
Petipa’s famous stage pattern -which his disciple Ivanov reused in Act II of Swan Lake– appears here in its full glory. A splendorous zigzag that begins the act IV of La Bayadère and makes us wonder what else can be done with a perfect corps de ballet.
In this video, the corps de ballet from the St. Petersburg’s Mariinsky Ballet.

 

One Reply to “”

Leave a comment