Parodias

Hay pocas cosas mejores que reírse abiertamente. Ahí reside, precisamente, el éxito y el valor de la parodia; es una especie de chiste hecho para unos pocos, para aquellos a quienes presuponemos conocedores de ese algo valioso que vamos a caricaturizar. Entonces, el que se ríe se siente el amo del mundo, y su carcajada cuenta doble -como en el parchís- porque además, se cree más listo que los que no lo pillan.

Una buena parodia es, además, un halago para el imitado… siempre que no sea uno mismo el que, tratando de rebosar genialidad, acabe en la autodestrucción por pedantería y ridiculez. Eso, en vez de risa, da penita.

Adjunto una buena ocasión para pasarlo bien: aquí los parodiados son Tchaikovsky y Petipa (además de Lewis Carroll… y unos cuantos más). Tan grandes todos que uno puede lanzarse a caricaturizarlos. Es lo que tienen los verdaderamente importantes; no hay manera de ofenderles porque no se enteran, y si se enteraran, se reirían aún más que el resto.

It’s hard to find something better than laughing out laud. That’s where success and the real value of parody come to life; it’s like a kind of joke made ​​only for a few people, for those who are suppossed to recognize something valuable in what we are caricaturing. Then, the one who laughs feels like the king of the world, and that laugh counts double -as playing ludo- because that person will consider himself smarter than those who cannot find that joke funny at all.

A good parody is also a compliment to the imitated person… with only one exception: sometimes we find people so proud of themselves who try to overact all the time, overflowing their shining talent and getting into self-destruction by pedantry and absurdity. So instead of laughter, we feel sorrow.

Now, let’s have fun: the victims are Tchaikovsky and Petipa (plus Lewis Carroll and some other people). They’re both so great that we can handle that joke. That’s the thing about being really important (as they are): there is no way to offend a genius because they don’t care, and if they ever care, they laugh even louder than we do.