He entrado por primera vez en el Liceu de Barcelona por la puerta del público. Puede parecer extraño, pero como siempre que voy es para trabajar, suelo acceder por la entrada de artistas para después sentarme en las butacas al empezar la función viniendo desde el backstage. Esta vez tampoco iba como públicopúblicopúblico, pero entré por las Ramblas. Qué bonito teatro y qué buenos recuerdos guardo en él.
En uno de los palcos del primer piso vio por primera vez mi hijo una función de danza. Tenía menos de un año cuando, estando de gira con el BNE, le colamos a ver una parte de El loco de Javier Latorre y Mauricio Sotelo. Recuerdo cómo movía sus piernitas durante la jota final de El sombrero de tres picos; lo pasó en grande. Fueron unos días muy felices a pesar de la goleada que le metió el Barça al Real Madrid.
Esta vez la Compañía de Martha Graham ocupaba el escenario. Hay que ver qué Graham es Martha. Se levanta el telón y ya; no hay que leer nada, no hay que entender nada, sólo hay que admirarla. Disfruté mucho de haber puesto un granito de arena para poder hacer posible su presencia en el Liceu.
Y como siempre que veo Diversion of Angels, me entraron ganas de bailar el papel de la mujer de rojo. Qué tontería. A ver si algún día deseo ser la de blanco, porque tiene más baile y parece que está como más tranquila todo el rato. Es que no aprendo.
For the first time, I got into the Liceu Theater in Barcelona throught the main entrance. It may seem funny, but as I usually come on tour, I go through the stage door and then take my seat at the beginning of the performance from the backstage. This time I was not pure audience, but I used the Ramblas main door. What a beautiful theater and what fond memories I keep from those days.
My son watched his first dance performance from one of the boxes on the first floor. He was about one year old when, during our performances with the BNE, we took him to see a small part of El loco, by Javier Latorre and Mauricio Sotelo. I remember how he kicked his legs during the final jota of The Three-Cornered Hat; he had a great time. Those were happy days, I remember, even when the Real Madrid lost the football game against the Barcelona FC.
This time, the Martha Graham Company was on stage. How much of Graham there is in Martha. You get everything as soon as the curtain goes up; you don’t need to read or understand anything, you just have to admire her work. I’m pleased of having put a bit in order to enable their presence at the Liceu.
And whenever I see Diversion of Angels, I always wish to dance the role of the woman in red. What nonsense. Let’s see if I ever want to be the dancer in white, because she has more dancing and seems to be more relaxed all the time. I’ll never learn.
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