Viendo un enlace que ha puesto una amiga y colega en su muro de facebook, he vuelto a enamorarme de Alexander Pushkin. En la grabación, él está impartiendo una clase a sus alumnos de la Escuela Vaganova -entre los que se esconde un joven Baryshnikov- y resulta que el viejo Pushkin es todo un prodigio de precisión y modernidad.
Por encima de los ejercicios, las correcciones y los bailarines, está la elegancia del Maestro. Qué barbaridad. Bien vestido, arreglado y pulcro, es un símbolo de distinción. ¿En qué momento los maestros hemos pasado del traje al chándal? ¿Por qué ya no hay maestros con corbata y las salas de ensayo se nos han llenado de gente en pijama? ¿Por qué antes veíamos a Stanley Williams con su impecable pantalón blanco, fumando en pipa… y después tuvimos al genial Forsythe desarrapado y comiéndose un bocadillo durante los montajes?
Reivindico el traje de chaqueta para impartir clase. Ya no me gusta la gente tan guay; quiero maestros con prestancia. Me gusta que se afeiten (ellos), se peinen en condiciones (ellas) y que por favor, vengamos con la ropa planchada de casa. Y si no aparecemos vistiendo un chándal carísimo, pues mucho mejor.
No me reconozco en mis palabras, pero daría lo que fuera por tener las corbatas más cerca. Las vueltas que da la vida.
Watching a link that a friend and colleague posted in her facebook wall, I fell in love again with Alexander Pushkin. In the film, he’s teaching at the Vaganova School – Baryshnikov among his students- and everything is a wonder of accuracy and modernity.
Besides his combinations, corrections and all those brilliant dancers, we find the extreme elegance of the Master. Amazing. He’s so perfectly dressed, neat and tidy, a symbol of distinction. When did we ballet teachers move from the formal suit to the jogging outfit? Why can’t we find teachers wearing a tie anymore, and the rehearsal rooms are now filled with people wearing pajamas? Why did we use to see Stanley Williams in his white and impeccable pants, smoking a pipe … and then we moved to the great Forsythe, all ragged and eating a sandwich during rehearsals?
I claim teaching ballet classes properly dressed. I do not like cool people anymore; I want elegant teachers. I like them to be shaved (men), with their hair up (ladies)… and please come from home with a tidy look. And if we are not wearing a very expensive tracksuit, I’ll be very happy.
I can’t recognize my own words, but I’m dying to have ties around. Isn’t life strange?
* Photo Agrippina Vaganova © The Vaganova Academy of Ballet, St. Petersburg.
qué bueno Elna:-)
Y no te olvides de la ropa interior que ha pasado de estar “debajo” a estar “encima” de la ropa o asomar entre ella, ya sea nueva, vieja, cara o barata, da igual.
Oye ,me encanta leerte, aunque no tengo casi tiempo ni soy tan cibernética (en realidad soy un desastre con la tecnología!)
Gracias por tu felicitación de Navidad, un beso para tí, tu hijo y para Carmina y Mata, claro 🙂
Creo que te perdí como amiga en feisbuk… me ajuntas de nuevo?;-)))
muchos besos
LikeLike
Claro! Búscame! Un beso y gracias por seguirme.
LikeLike
Respondo por aquí a un comentario en mi muro de FB, que creo que puede ser interesante compartir con más gente. Misha comenzó a estudiar con Pushkin a los 15 años, hasta que se graduó en Vaganova a los 18 y después trabajó con él otros 3 años más en la compañía, hasta su muerte.
Pero dejemos que nos lo cuente él mismo, ok? 😉
Ignoro quién es el pianista (lo quiero para mi casa, by the way) pero dice mi madre que es clavadito a Brezhnev. 😀
Y sí, yo también doy clase con ropita cómoda, aunque recuerdo a Carmina enseñándonos a hacer brisé volée (y haciéndolo ella misma) con botas de tacón alto. Era otra cosa, sin duda.
LikeLike
gracias elna¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
LikeLike