[Gentes del mundo, el coronavirus nos ha encerrado. Pero no sólo no podrá con nosotros, sino que vamos a aprovechar el encierro al máximo. Aquí va mi idea del día.]
Paul Taylor iba para nadador, pero la danza se cruzó en su vida y pegó un drástico volantazo del que hemos salido todos beneficiados.
En alguna entrevista contaba que de niño cambió muchas veces de colegio, así que aprendió a identificar a sus nuevos compañeros por la forma en la que se movían y caminaban. Así, decía Taylor, era fácil identificar al abusón de la clase. La forma de andar nos delata.
Airs es uno de sus ballets más famosos y más “clásicos”. Pero es cristalino. También delata a quien baila en ese momento con el corazón.
[People of the world, the Coronavirus has locked us up. But not only will it not be able to take us, but we will make the most of the lockdown. Here’s my idea for the day.]
Paul Taylor was supposed to be a swimmer, but dancing crossed his path and he took a drastic swerve that benefited us all.
In some interviews he mentioned that as a child he changed schools many times, so he learned to identify his new classmates by the way they moved and walked. That way, Taylor said, it was easy to identify the bully in the class. The way we walk reveals everything.
Airs is one of his most famous and ” classical” ballets. But it’s crystal clear. It also tells you who’s dancing with their heart at that moment.
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