Ninel Kurgapkina

Esto de escribir también tiene sus ratos de tristeza. Por ejemplo, cuando te piden un obituario. Porque además, cuando te cae uno, suele ser porque o bien se trataba de alguien cercano, o bien de alguien muy admirado. Y no sabes ni por dónde empezar. En este caso, fui yo misma quien dio la voz …