[Gentes del mundo, el coronavirus nos ha encerrado. Pero no sólo no podrá con nosotros, sino que vamos a aprovechar el encierro al máximo. Aquí va mi idea del día.]
West Side Story simboliza el “y tú, más”, elevado a la categoría de obra maestra.
Situado a pocas manzanas de donde hoy se levanta el Lincoln Center, acoge algunas de las mejores coreografías de grupo que se han hecho. Mezclando acción, diálogos, puro movimiento de bailarines y de cámaras, sitúa la acción y a los personajes con auténtica maestría.
Como el día ha sido largo, van dos extractos. En el Prólogo, fíjense en el joven que escribe “stinks” en la pared: es nada menos que Eliot Feld. En el número de la terraza traten, aunque sea viéndolo varias veces, de alejar sus ojos de George Chakiris y Rita Moreno, y observen por unos instantes al resto del elenco y todo lo que rodea a la acción principal.
[People of the world, the Coronavirus has locked us up. But not only will it not be able to take us, but we will make the most of the lockdown. Here’s my idea for the day.]
West Side Story symbolizes the “and you, more,” elevated to the status of a masterpiece.
Located a few blocks from where Lincoln Center now stands, it features some of the best group choreography ever made. Mixing action, dialogue, pure movement of dancers and cameras, it places the action and characters with true mastery.
As the day has been long, there are two extracts. In the Prologue, notice the young man who writes “stinks” on the wall: he is none other than Eliot Feld. In the Terrace number, try, if only watching it over and over, to take your eyes off George Chakiris and Rita Moreno, and observe for a moment the rest of the cast and everything around the main action.
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